La presencia de afecto, como dimensión de la experiencia privada de hombres y mujeres, en relación a las presiones morales, llevó a la sociedad chilena de finales del siglo XIX y principios del XX, a establecer un punto de partida para la constitución de una nueva mentalidad que no fue pública por cuestiones religiosas y políticas.
Las instituciones mencionadas anteriormente, regulaban la forma en que los ciudadanos debían comportarse. Sin embargo, tanto en forma individual y colectiva, el comportamiento de aquellos que ejercían alguna relación sentimental, se veía controlado más por intereses materiales y económicos.
En este sentido, los afectos amorosos, y muy en especial la práctica de la sexualidad, debían ejercerse de un modo (i)licito, dentro del matrimonio. Sin embargo, los rasgos distintivos de la afectividad amorosa en la sociedad tradicional, es notoria la dependencia femenina de la masculina. Por otra parte, la agresividad estaba en el centro de las relaciones.
Así pues, lo que se pretende en este blog es observar como existe un lado b de las relaciones amorosas de la época mencionada. Ver como existían consejos para un buen comportamineto de la esposa, y a la par observar como la mujer era violentada. Por ello, se muestra una imagen tomada de la Revista Familia con una leyenda que alude a consejos para el buen comportamiento o testimonios de maltrato. La imagen montada alude a esa represión femenina.
